El secreto está en la Maña: Viajes Laborales, entérate de los calzones de tus colegas. Vol. 1

Enero de 2023.

Así que cuando menos aprovechemos estos minutos libres que tengo en este tiempo y vamos a recuperar, a seguir nutriendo este blog que estuvo en el olvido por un largo rato.

Siguiendo dentro de la sección 'El secreto está en la Maña' que es una categoría dentro del blog donde aprovecho también para contarles algunas de las historias que han formado mi trayectoria calzonera y que pues en gran modo, hasta el día de hoy son situaciones que llevo a la práctica en mi vida cotidiana. Es entonces que ahora vamos a abordar otra de las preciadas situaciones que se nos llegan a presentar a gran cantidad de nosotros y que precisamente se trata de los viajes de trabajo.

Independientemente de lo que se dediquen, los viajes de trabajo, son ese tipo de situaciones que se pueden llegar a presentar de un día para otro, sin avisar, simplemente requieren de nuestro apoyo, servicio, talento o actividades profesionales en otro destino sea dentro o fuera del país. Generalmente los viajes de trabajo, dependiendo del destino, implicarán que tengamos que pasar la noche en el lugar en cuestión o en alguna escala intermedia, dependiendo de la distancia o los medios de transporte que se empleen para llegar al destino final. Algunas veces se corre con 'suerte' y nos toca una habitación individual donde podemos descansar con toda la privacidad y comodidad necesaria 'a nuestras anchas', sin embargo, en otras tantas ocasiones, sea por tema presupuestal, por disponibilidad ocupacional o por otros tantos pretextos que las compañías se inventan; nos toca compartir la habitación con una o más personas (me ha tocado escuchar en conversaciones que hasta de seis o siete pelados los meten a la misma) para 'descansar'o simplemente pernoctar.

Esas experiencias viajeras son OTRO pedo. Los conocedores saben de quién hablo y el contexto.

Y siendo completamente francos en este tema y en este pedo: ... ¿Qué puede ser lo más emocionante de un viaje de trabajo, y además, que te toque acompañado? Pues, como dice un estimado amigo que recientemente se unió al blog: ¡Qué nos vamos a poder ver en calzones! Así es, precisamente eso, es lo chingón de estos viajes, que generalmente al momento de compartir habitación con otro(s) cabrón(es) es que llegará el punto en el que se va perder el pudor, tal vez por completo y que pues habrá a quienes les guste dormir como en su casa, en calzones, habrá quién se cambia delante de los demás e incluso quién se esconderá en el baño hasta para cambiarse la camisa, bien decía otro compadre 'de todo hay en la viña del Señor' ... pero justo aquí estamos nosotros en este espacio para compartir y para contarles cómo me ha ido 'en la feria' para que podamos practicarlo y hacer bonitas costumbres de camaradería, que se pierda el tabú de los calzones y que nos los veamos, ¡¿Qué para eso son de colores, no?! ¡Para enseñarlos chingá!

Como dato meramente de cultura Pop del mundo 'del internet', hace muchos años, más de doce tal vez, cuando Youtube era un lugar 'chévere' y no existían tantos filtros de control como ahora que todo es 'material sensible y ofensivo'; existían algunos videos que en su momento compartieron algunos weyes, mismos que grabaron y subieron cuando les tocó salir de viaje de trabajo compartiendo habitación con sus compañeros. Incluso en alguno de ellos un supuesto 'Licenciado' se encontraba "toreando" en bikini, sí, tal cual lo leen, en el video se podía observar como este sujeto estaba en la habitación de algún hotel y vistiendo únicamente un bikini color blanco y una camiseta interior amarrada por arriba del ombligo, haciendo la finta de estar toreando con alguna otra prenda mientras otro de sus compañeros le gritaba: ¡Torero, torero! ... Y que precisamente ese son el tipo de juergas que pueden llegar a suceder cuando la convivencia es sana y de confianza entre colegas de trabajo, obviamente ... que lo grabaran y lo subieran a Youtube, ya es otro pedo, sin embargo, parece que el famoso 'Licenciado', nunca se enteró y estuvo en la plataforma por muchos años enseñando su peculiar manera de torear en bikini. De la misma forma era posible encontrar mucho material de este tipo, videos que fueron grabados de la misma forma al interior de alguna habitación de hotel donde aparecían los compañeros en bikinis o trusas mientras alguno otro grababa la 'experiencia' de dicho viaje contando detalles y pormenores, sin dimensionar que ese video podía ser visto por millones de personas alrededor del mundo si se usaban los tags indicados para que cualquier persona lo encontrara en cuestión de segundos. En fin, muchos de ellos ya no existen más en Youtube porque ya son épocas de mayores filtros y control sobre los contenidos que cualquier niño con acceso a internet puede descubrir. 'Dios guarde la hora' en la que hasta estos textos sean 'material sensible', crucen los dedos.

El que busca ... ¡Encuentra! Pónganse chingones.

Ahora, en mi situación meramente personal: Cuando inicié a trabajar en mi primer trabajo con alta carga Godín, era rarísimo que a los 'chavitos novatos' nos tocara por algún motivo salir de viaje y mucho menos a algún lugar que implicara subirse a un avión y pasar algunas noches en un hotel ¡Nombre, impensable! . Principalmente por que eran unos marros profesionales, tacaños de 'hueso colorado' para que me entiendan, todo tenía que seguir un proceso de papeleos y autorizaciones con firmas y más firmas, sumándole un tema absurdo de jerarquías, que lo envidiable era que ahí había un excelente material calzonero (ya les contaré en otra ocasión sobre brieflines, conversaciones y cosas que se observaban en el sanitario ... pero eso es otra historia) y que desafortunadamente por la alta burocracia manejada en cuestión, ni me hubiese tocado compartir habitación con alguno de los 'jefes' de aquellos a los que en muchas ocasiones les pude ver el calzón marcado debajo de los pantalones Godínez, ni me hubiera tocado pasar más de una noche fuera de la ciudad, en fin, ni pedo, no siempre se gana en esta vida, de lo contrario las historias que les traería por aquí.

Fue hasta algunos años después en mi siguiente trabajo donde los viajes eran una cuestión mucho, pero mucho más relajada y cotidiana, de un día para otro te podían decir que te tocaba viajar a equis destino, que tu pase de abordar te llegaría al correo y que tenías que reportarte con cierta persona que era la encargada de coordinar el viaje, así de crudo, simple y veloz. Naturalmente al ser un tanto 'mas sueltos' y menos tacaños, era probable que para algunos viajes te tocara disfrutar de una cómoda habitación sola, sin embargo, para otros, por supuesto que me tocó compartir habitación con uno o dos cabrones más, nunca me tocó alguna especie de comuna donde abusaran de la cantidad de personas que meten en una cierta habitación como algunos conocidos me han platicado. Nuevamente para hacer esto menos eterno, les contaré las vivencias 'Premier' (¡Oiiii esa jalada!) y las que de cierta gran forma han pasado a formar parte de mi historia calzonera debido a la buena interacción, avistamiento y experiencia personal.

Los calzones de tus compañeros son como una caja de chocolates: Nunca sabes lo que te va a tocar.

Para esta ocasión les contaré un par de historias, vendrán algunas más en el futuro, mismas que merecen su espacio, separado y requieren de toda mi inspiración para detallarlas lo mejor posible. ¡Pónganse cómodos y desabróchense los cinturones!

Precisamente me gustaría iniciar con uno de los viajes Express, esos que se llegaban a presentar como les digo, de la nada y de forma instantánea. Resulta que un día común y corriente, por la mañana temprano llegó Esteban (que era gerente de otra área) con mi jefe de aquel entonces y le dijo que necesitaba que una persona de nuestro equipo fuera ese mismo día a la Riviera Maya para revisar un cierto tema de un proyecto que la compañía necesitaba revisar con urgencia, solo una persona y se desconocía si ese mismo día regresábamos o hasta el día siguiente. Mi jefe en su practicidad y eficacia dijo: Pues mandamos a este cabrón que es soltero, vive solo, no tiene que avisar ni pedir permiso ... ¡Pum! ¡No hay pedo! De inmediato me llamó, fui a su oficina y me preguntó (más orden que pregunta) si tenía algún conflicto, cuáles eran las condiciones y demás detalles que se conocían hasta ese momento. Lógicamente tuve que aceptar, además de que ... les digo, no sonaba tan mal la idea: cambiar la rutina, visitar un excelente hotel, viáticos y además ¡Claro! podía conocerle los calzones a alguien. De inmediato mandaron a comprar mi vuelo y tuve que moverme en chinga por mi computadora y algunas cosas que necesitaríamos para la visita y las reuniones de allá; evidentemente no tuve tiempo de regresar a mi casa a empacar, ese día no había ido al gym en la mañana, no traía mi maleta con ropa que pudiera servirme para el viaje o tal vez las cosas del baño, de hecho tuve que dejar mi coche ese día en la oficina e incluso el mismo Esteban dijo de broma:

- 'Nomás te volteas los chones mañana si nos quedamos, no es más de una noche y estamos de regreso' - cosa que le sumó un cierto interés a su comentario.

¡A conocerle los chones a los colegas!

En menos de lo que esperaba ya nos encontrábamos en una camioneta de la empresa que nos estaba llevando al aeropuerto para tomar el siguiente vuelo a Cancún y apresurar nuestra jornada para hacerla rendir lo mejor posible. Ya en el aeropuerto me enteré que definitivamente nos quedaríamos una noche y que estaríamos de vuelta hasta el día siguiente, no había nada que apresurar ni de que preocuparnos, todos los gastos y pormenores estaban más que controlados; sólo me imaginé que al ser un hotel de categoría Top, nos tocaría compartir habitación, sin embargo, no quise apresurarme en eso, ya que tenía mil asuntos laborales que solucionar antes de llegar a ese punto, además les digo, literalmente solo llevaba lo que traía puesto y una mochila que tenía en la oficina para sacar mi computadora en ocasiones como esas, nada más, ni un cepillo de dientes.

Después de algunas horas, llegamos por fin al dichoso hotel que se encuentra en la Riviera Maya, las horas se nos habían consumido por completo entre los trayectos y todo el show para estar ahí, así que de inmediato pusimos manos a la obra, tuvimos las reuniones que necesitábamos, recorrimos los espacios que teníamos que revisar, que un work lunch para esta cosa, que tal persona quiere platicar de otra cosa, etcétera, etcétera. Para eso de las casi siete y media de la tarde, con algo aún de luz, nos entregaron la habitación que se había reservado dentro del mismo hotel ¡Era una pasada! En verdad se trataba de un hotel para disfrutar, no un hotel para pernoctar o cualquiera de clase ejecutiva, y eso que desde luego nos reservaron una de las habitaciones de categoría más baja, sin vistas ni ningún lujo adicional. Realmente llegamos a dejar nuestras computadoras y de inmediato me dijo Esteban:

- Oye, ¿Pues qué? Vamos a cenar y a echarnos unos drinks o algo ¿No?

A lo que lógicamente accedí y no puse ningún pero, ya que no tenía otra cosa mejor que hacer.

De inmediato comenzamos a caminar por el hotel rumbo a alguno de los restaurantes que en aquella época (temporada baja) estaban dando servicio. Dentro del recorrido nos pasamos por la playa y sin zapatos y con jeans (ninguno de los dos iba preparado para ese día) caminamos un breve tramo por la arena mientras se oscurecía, con el simple afán de 'conocer'. Mas tarde cenamos en uno de los restaurantes que tenía disponible el hotel y nos pasamos a uno de los bares para tomarnos tal vez un par de drinks antes de regresar a la habitación para descansar. Han de saber aquí que a su servidor no le para la pinche lengua, así como escribo, platico o peor. Por lo que todo el viaje fui creando una buena atmósfera de confianza con este cabrón, fuera de lo laboral, no tenía ningún morbo en particular, ni ninguna expectativa, Esteban es un tipo un tanto corpulento tirándole a gordo, tal vez me llevaría unos ocho o diez años de diferencia, casado, con tres hijos, un vato promedio, nada del otro mundo o de lo cuál morbosear ... y en esa ocasión solo estaba conviviendo chingón si esperar nada del otro lado.

Después de una buena charla en el bar sobre la vida y otras banalidades regresamos a la habitación, al día siguiente teníamos que despertar algo temprano, pues desde el hotel al aeropuerto de Cancún el trayecto tomaba algo de tiempo y teníamos que regresar a nuestra vida y responsabilidades de la vida cotidiana en la ciudad. Llegamos a la habitación, que tenía dos camas matrimoniales, una para cada quién naturalmente y él de manera casual encendió la televisión como si estuviera en su casa, me preguntó cual de las dos camas prefería y que si necesitaba alguna cosa para pedir a recepción tipo cepillo de dientes, shampoo, etcétera pues se disponía a llamar para que nos llevaran lo faltante a la habitación, en pocas palabras, siempre estuvo super al pendiente de lo que hiciera falta, si había que pagar algún gasto o demás, muy buen pedo y espléndido con la Amex corporativa, desde luego porque les estaba resolviendo un problema.

De inmediato pasó al baño e hizo hincapié en un detalle que yo había visualizado desde el inicio, desde que entramos en la habitación horas antes para dejar nuestras cosas.

- ¡Uy, qué pedo! ¡Mira, la regadera tiene toda la pared de cristal!

A lo que de inmediato le respondí:

- ¿Te vas a bañar ahorita? Si quieres me salgo a la terraza en lo que 'te echas un regaderazo'

- ¡Nombre! No pasa nada, ya te tocará verme en bolas por la ventana jaja - respondió de inmediato mientras ambos dirigíamos nuestra mirada sobre aquella ventana que tenía un ligero esmerilado, que en efecto no revelaba nada a la hora de estarse duchando ahí dentro.

A los pocos minutos llegaron los de Room Service con las cosas adicionales que habíamos solicitado. Entré al WC, que se encontraba separado de los otros servicios del baño por una puerta independiente y saliendo procedí a cepillarme los dientes. Al salir del módulo de baño lo primero que vi fue a Esteban que ya había decidido ponerse cómodo y se había quitado los pantalones y de forma inmediata al verme me dijo:

- Ni modo amigo, no trajimos ropa, va a tocar dormir en chones

- Jajaja, yo siempre duermo en calzones, no es nada que me preocupe - le respondí de forma inmediata

- Le voy a subir al aire, porque yo soy muy caluroso para dormir ¿A ti te molesta? - Me preguntó mientras caminaba hacia el control del aire acondicionado de forma natural, como si estuviera en su casa, con la camisa desabotonada y en bóxers, cortos, negros con rayas blancas verticales, que podría jurar que eran bóxers de H&M, de aquellos que ponen en la línea de cajas y que vienen en paquetitos de tres piezas.

- Para nada, tu ponle a la temperatura que te guste, ya si me da frío te aviso para cambiarle.

- ¡Va wey! Si te comienzas a congelar me avisas para cambiarle.

¿Apoco no se les hace chingón echarse una platicadita con su colegas en chones antes de dormir?

En menos de lo que me di cuenta ya se había quitado la camisa y la había puesto sobre el mueble que estaba frente a las camas, junto a su demás ropa. En bóxers se veía aún más gordo de lo que se veía con ropa, les repito era corpulento y daba la 'apariencia' de ser fuerte, no mamado, pero si 'fuertecito' (dirían sus tías) de cierta forma le apretaba las piernas y daba un efecto visual algo raro, pero en fin, a muchos hombres 'les satisface' ponerse un bóxer por cumplir con la sociedad y la moda. Esteban revisaba su celular, y texteaba en él, tal vez se reportaba con su familia mientras aparentemente no le importaba estar en calzones delante de mí.

Mientras yo había estado en el baño, recordé que precisamente ese día me había decidido a ponerme un bikini Joe Snyder de los de clip en color vino, y justo en ese momento fue donde recordé lo que me había puesto en la mañana y que me pareció unas horas antes una perfecta opción para lograr un 'match' con mi ropa exterior, sin saber que iba a ser visto por un colega del trabajo esa misma noche, o ¿Acaso ustedes nunca han combinado su ropa exterior con los calzones que se ponen? Solo pensé que no tenía para dónde hacerme y pues era lo que era, no había de otra, resultaría peor salir 'a la batalla' con vergüenza y derrotado. Así que me dirigí hacia el pasillo donde se ubicaba el clóset/vestidor y comencé a quitarme la ropa de la forma más casual y natural que pude, mientras me quitaba la ropa iba colgando mis cosas dentro del clóset; primero me quité los zapatos y los calcetines, me desabotoné la camisa y finalmente procedí a quitarme el cinturón y el pantalón hasta el final, quedando completamente en aquel pequeño bikini Joe Snyder de color vino, mientras Esteban parecía no prestar atención hacia mi pequeño bikini (o que quizás en su mente llamaría 'tanga') mientras caminaba hacia la cama que me tocaba mirando fijamente mi celular y actuando lo más natural posible.

Los conocedores saben per-fec-to el corte de Joe Snyder y todo lo que implican.

Cruzamos algunas palabras sin mirarnos demasiado durante aquellos segundos que ambos estábamos sólo en calzones, en ningún momento me hizo algún comentario sobre el tipo de ropa interior que me gustaba usar, mucho menos hizo algún tipo de burla o mencionar algo de 'la tanga', tal y como yo no le había cuestionado su bóxer, todo fluyó como debió ser, nos vimos en calzones y fue algo natural, normal, orgánico. Punto.

A la mañana siguiente procedimos a despertarnos y a bañarnos, yo me duché primero mientras él revisaba algunas cosas en su computadora. Al momento en el que el tuvo que entrar a bañarse, hice lo mismo, pero he de confesar que de reojo comprobé que el ligero esmerilado del módulo de la regadera sí servía, puesto que no se veía ningún detalle, además no crean que se veía muy interesante o dotado mi querido compadre Esteban.

Y así de rápido transcurrió el viaje express, regresamos a la ciudad y todo siguió normal. En los años que trabajé en esa empresa, jamás, jamás me hizo algún comentario o broma sobre mis calzones, tampoco me enteré que alguien estuviera hablando sobre ese detalle o qué se hubiera hecho un chisme de ello. Por el contrario, mi relación con este compa se fortaleció y después de ese viaje en los pasillos, en juntas, en eventos y demás donde nos encontrábamos, nos saludábamos bien chingón de abrazo y desde ese momento se dirigió siempre hacia mí con mi nombre en diminutivo. Este cabrón sin dudas es un tipazo y tiene un lugar en este top por ese momento de confianza y seguridad que me brindó.

Otra experiencia que me gustaría contarles y compartirles en este espacio, fue en una ocasión en cual me tocó asistir a un Congreso fuera de la ciudad, también en la misma compañía, pero para esta ocasión si se trató de algo perfectamente planeado y organizado con su debido tiempo. No todos los miembros del equipo iban a poder asistir, únicamente nos llevaban a algunos seleccionados y desde antes de salir de la ciudad supe que me tocaría compartir habitación con mi estimado Arturo, un chavo que era más o menos de mi edad, tal vez tendría un par de años más que yo, tenía un excelente talento nato en lo que hacía por lo que la calidad de su trabajo era bastante buena y destacable; sin embargo, nunca lo vi como una competencia, ambos contábamos con diferentes habilidades y nunca nos metimos el pie durante nuestra vida laboral.

Con Arturo de cierta forma entonces existía una relación sana, si bien, no éramos los grandes amigos, constantemente convivíamos dentro de la oficina como buenos compañeros: nos reíamos de todo, platicábamos de muchos temas, chismes, salíamos a comer algunas veces, de vez en cuando alguna chelita o alguna salida de peda con otros compañeros de la oficina. Incluso en alguna ocasión de una de esas salidas de 'desmadre' con los compañeros, terminamos junto con otro compañero/amigo de la oficina en mi depa de 'after' para seguir tomando. Al momento que llegaron sólo recuerdo esta icónica frase de mi estimado 'Arthur':

- ¡No mames que chingón tu depa de soltero wey! ¡Está de súper huevos! Ya me imagino que en las mañanas sales a tomar un whisky, vasito old fashion en las rocas, en bata de seda, lentes de sol y 'tanguita' de Andrés García jeje ... - Lo decía al ritmo que observaba detalladamente el lugar.

Mi mente prefiere mejor recordar a otro galán de la farándula mexicana como Miguel Ángel García, por ejemplo

Claramente la palabra que más se me quedó grabada en la cabeza fue obviamente la de 'tanguita' de inmediato me puse a pensar que tal vez en alguna ocasión en la oficina alguien se había dado cuenta que usaba tangas, enseguida vino a mi mente Andrés García y es que precisamente, no, no, ese señor no era un ícono de las tangas en México. De primera impresión simplemente me reí y le dije que estaba en su casa y les ofrecí sentarse e ir por lo necesario para continuar bebiendo. Durante el transcurso de la peda volvió a elogiar mi hogar y nuevamente repitió que era el de un Playboy mexicano, cambiando constantemente el personaje: Mauricio Garcés, Pedro Infante, entre los que recuerdo; no se, tal vez se vio inspirado por algún mueble o elemento decorativo de diseño retro que tenía en aquellos entonces en mi sala o comedor ... o simplemente lo decía por que le hubiese gustado tal vez vivir en un depa 'de soltero' en alguna etapa de su vida.

He de mencionar que Arturo, no estaba precisamente casado, digamos que vivía con la mamá de su hijo y con él. A ella la mencionaba solo lo necesario, ni siquiera recuerdo el nombre; he de 'quemarlo' por aquí y sí, era muy cabroncillo, muy 'ojo alegre' con las chavas y en alguna que otra ocasión me llegó a contar alguna de sus 'fechorías' y aventuras, normal, nada del otro mundo, por lo cual escandalizarse o juzgarlo.

El día del Congreso llegó y estaríamos fuera de la ciudad y de nuestra rutina por el menos unas tres noches. El hotel no era la gran cosa como el del otro viaje que les conté algunos párrafos arriba, pero tampoco estaba mal. La habitación era común: el baño se encontraba completamente separado de la zona del dormitorio y para nada tenía la regadera con una ventana de piso a techo hacía el mismo, mucho menos en pensar en un jacuzzi, era un tanto normal e incluso hasta podría llamarlo como 'ejecutiva'.

El primer día transcurrió normal, fuimos a cenar con los que asistimos al Congreso y no hubo salidas por la noche debido a que la agenda comenzaba temprano al día siguiente, así que regresamos a nuestras habitaciones. Todo transcurría normal, se recostó sobre su cama y se quitó los zapatos dejando sus pies descubiertos mientras hacia zapping en los canales de la televisión y continuábamos hablando de cualquier pendejada. En el momento que nos tocó dormir, aventé una pregunta un tanto ingenua pero con un anzuelo para medir el terreno:

- ¿Oye wey, te agüitas si me duermo en calzones? La neta no uso pijama y no traje ropa para dormir

- ¡Jajaja! No mames, si yo tampoco traigo pijama, creo que nadie usa pijama ya - Respondió completamente quitado de la pena y añadío - Ni a mi chavito le gusta usar ya pijama la neta, solo que su mamá si le hace ponérsela, aunque amanece siempre sin el pantalón o la playera, yo no le digo nada, pero su mamá siempre lo anda cagando y me dice que yo le pongo el mal ejemplo. - Seguro su hijo, como muchos de nosotros veía a su papá en calzones y le nacía imitarlo, lo más normal del Mundo.

¡Se aprende del buen ejemplo! ¿Qué no?

Continuando la charla solo le comenté:

- Si wey, yo estoy acostumbrado a siempre dormir en calzones, por más frío que haga, si duermo vestido termino despertando durante la noche con un chingo de calor.

En menos de lo que se imaginan ya estaba de pie, quitándose la ropa para acostarse, casi al mismo tiempo que yo estaba haciendo exactamente lo mismo. Para ese viaje había decido llevarme bikinis de lycra, unos bikinis cortitos de los laterales que le compraba a un proveedor que me vendía bikinis y tangas cuando que entré a un gimnasio por ahí del 2013 (sí, esa es otra historia que en algún momento les contaré con su respectivo post) había elegido llevarme de diferentes colores y justo para el primer día traía uno de color azul marino. No se porqué, tal vez sea una idea meramente propia, pero pienso que el azul marino es el color más aceptado en calzones para hombre, aquel que no causa una impresión tan fuerte cuando alguien te los ve como pudiera ser un rojo, verde, amarillo, etcétera y que es un color bastante que casi cualquier marca produce. Claro, el negro y el blanco son colores de lo más normal y aceptados, pero digamos que el azul marino tiene cierto toque 'distintivo'. No sé, es una idea que tengo muy en la mente.

En cuanto Arturo me vio en calzones no se quedó callado y comentó justo lo que me imaginaba:

- ¡Ay papirrín! ¡Usas tanguitas de las de Fernando Colunga! - cambiando una vez más al actor de Televisa en su referencia - ¡¿Quién te viera tan seriecito en la oficina y tan sensual de noche?! - exclamó mientras sonreía sorprendido pero con cierto tono de broma.

- ¡Jajajaja! ¿En qué concepto o idea me tienes de plano? jaja no mames - Le respondí riéndome y restándole cierta importancia a la palabra 'tanguita' - ¿Apoco tu siempre te pones bóxers de ...? ¡No sé de qué actor de tus telenovelas se me ocurre wey! jajaja -

Definitivamente esto es un halago si quieren hacerte burla de 'tu tanguita'

Mientras tanto, miraba como observaba discretamente mi calzón pero también pensaba su respuesta para no embarrarse en donde no deseaba:

- Me pongo de los dos wey, bueno ... no así, de esas tangas, pero si calzón ... o sea uso bóxers y calzones ... trusas - Titubeó en la última palabra de su respuesta temiendo dañar su hombría.

- No mames jajaja, ¿Y porqué te da pena aceptar que usas también? - le aventé la pregunta directa

- No wey ¿Cuál pena?, pero la neta, así tan chiquitos, la neta no me he puesto nunca ... tengo de los que son más como una trusa, que son calzones, pero más como trusa ... - No encontraba la manera de salir limpio de esa pregunta.

Mientras esta conversación transcurría ya nos encontrábamos acostados adentro de nuestras respectivas camas y solo añadí:

- Pues no se wey, a mi la neta me cagan los pinches bóxers, nunca uso, siempre se me terminan haciendo bolas debajo de los pantalones, me dan un chingo de calor durante todo el día; la neta estoy más acostumbrado a usar de todo tipo de calzones menos bóxer - Aventando ligeramente la incógnita de que sí usaba también tangas.

- Si, wey, la neta está chingón también ponerte trusas a veces, pero los bóxers también están chidos para el diario - Argumentó con un comentario algo por el estilo

Posteriormente el tema dejó de tratarse de calzones mientras nos íbamos quedando dormidos.

Bikinis: BIKINIS ¿Acaso es muy difícil decir esa palabra?

Durante los días siguientes, nos cambiábamos sin pena alguna en la habitación después de que salíamos de bañarnos o antes de dormir. Arturo naturalmente llevaba sólo bóxers tipo briefs, digamos trunks, porque eran cortitos y recuerdo alguno que otro que era de American Eagle, además tengo la idea que claramente en su mente no dejaría que ningún vato lo viera en 'trusa', menos alguien del trabajo, por lo que preparó su maleta pensando en verse a la moda, negando que ya era un señor, padre de familia, que ya valía madres si usaba trusa o tanga, no había con quien 'quedar bien'. En algunas ocasiones, claro, volvió a hacer algunos comentarios acerca de mis 'tanguitas' pero no hacia un mal término, sino que eran más hacia el tono de 'juego' y de que era 'el padrote, el papi, el galán de las tangas: el tangalán', comentarios de los que yo solo me reía, respondiendo pendejadas y que esto nunca salió de conversaciones entre nosotros dos. Ni siquiera lo mencionó con los otros compañeros que asistieron al Congreso. Recuerdo que el que mas comentarios generó fue precisamente el bikini color rojo ... ¡No tengo idea del porqué! o ¿Tal vez sí?

Los bikinis rojos siempre tendrán 'un no se qué, que qué se yo'

Nuestra relación sigue siendo bastante chingona a pesar de que no trabajamos ya en el mismo lugar y cada uno ha tomado un rumbo diferente en su vida profesional. Desde hace varios años no me ha vuelto a mencionar el tema de las 'tanguitas' porque he hecho otras mamadas y pendejadas que han distraído su atención hacia esos recuerdos jajaja.

¡En fin! Por esta ocasión vamos a cortarle aquí mis señores calzoneros ¿Cómo ven? Me imagino que a ustedes les gusta viajar de trabajo tanto como a mí me gusta. Sé que algunos son mas desinhibidos que otros y que a otros les da un poquito más de pena el tema de los calzones o que los vean en calzones. Sin embargo, recuerden que para eso es este espacio, para inspirarlos, para animarlos y ¡Para qué se animen a 'deschongarse' carajo! Muchas veces nosotros mismos con nuestras ideas, nuestras actitudes y hasta con nuestro lenguaje corporal nos cerramos y proyectamos una imagen negativa al mundo. ¿Qué mas da? Si en la mañana te pusiste un pinche calzón bien chiquitito y bien sexy ... si alguien te lo ve ¿Porqué chingados no lucirlo con orgullo? ¿Porqué no demostrar que con ese calzón estás más que cómodo y te sientes contento contigo mismo?

Recuerden que la moda es un pedo de mera actitud y nada más que actitud. Así que disfrútense y luzcan sus calzones cada vez que alguien se los llegue a ver. Si les toca compartir habitación con alguno de sus colegas, abran esa brecha, comiencen una buena charla calzonera: den sus opiniones, recomienden, escuchen los puntos de vista de sus interlocutores y creen ese ambiente chingón de confianza, para que quitemos poco a poco ese tabú con el tema de los calzones.

Perdón que encienda la luz ¡Se me olvidó mandar el mail! ¡Dame chance!

Como siempre, son totalmente bienvenidos sus comentarios, sea en Twitter o en los comentarios del blog, creanme que me gusta leerlos y escuchar sus experiencias y puntos de vista. Gracias a aquellos que lo hacen por privado, anímense a compartirlo con los demás lectores del blog, todos estamos aquí por un interés en común: los pinches calzoncitos, así que armemos una buena charla.

Mil gracias por haber llegado hasta acá y ¡Pongan estas mañas en práctica!

Abrazote papás.

S.

*** Las opiniones publicadas en este blog son meramente propias, algunas derivadas de experiencias personales y otras tantas originadas de mi investigación personal.***